miércoles, 26 de agosto de 2020

Hong Junsheng (Orígenes II)

¿De donde viene nuestro Tai Chi Chuan?

En una entrada anterior hablábamos de la importancia de esa pregunta en un arte que valora su tradición y comenzamos a examinar esta cuestión con una breve biografía del gran Maestro Chen Fake. Hoy continuamos en esa tarea repasando la aportación de uno de sus principales discípulos: el Maestro Hong Junsheng. De especial importancia para Tai Chi Chuan Torrelodones, ya que
practicamos su variante del Estilo Chen, el "Método Práctico", difundida en España sobre todo por su alumno, el maestro Chen Shengyu, y en Torrelodones por el alumno de éste, Diego Cáceres. Hong Junsheng es una figura original, fundamental y menos conocida de lo que merece.


Hong Junsheng (洪 均生, 1907-1996)
 
Hong Junsheng (1907-1996)

Hong Junsheng es reconocido de modo unánime como uno de los más grandes maestros de la 18ª generación del estilo Chen de Taijiquan. Alumno del legendario Chen Fake durante quince años ininterrumpidos, Hong Junsheng dedicó su vida a la práctica, investigación y difusión del arte que le había transmitido su maestro. No le faltaron épocas de infortunios y penurias, pero mantuvo siempre su entrega al Taijiquan a través de ellas, considerando su esfuerzo como un tributo a la memoria de Chen Fake y un testimonio de su gratitud por el legado que había recibido de su maestro.



Hong Junsheng era inteligente, instruido, gozaba de una amplia cultura (practicaba la caligrafía y la poesía) y de una memoria excepcional. Estas cualidades le fueron de especial utilidad en su estudio de los textos clásicos del Taijiquan, con frecuencia escritos en un lenguaje abstruso. De este modo, Hong Junsheng aunó su profunda comprensión de los clásicos, la privilegiada enseñanza recibida de Chen Fake y las experiencias derivadas de su propia práctica y enseñanza en una permanente y estricta investigación de las complejidades y sutilezas del Taijiquan Chen a la que se entregó durante toda su vida. En esta tarea, Hong Junsheng se benefició también de su personal combinación de un sólido sustrato de cultura y educación tradicionales chinas con una mentalidad y enfoque modernos. Siempre puso especial énfasis en someter teorías y especulaciones a pruebas rigurosas en la práctica y siempre buscó expresarse en términos de leyes físicas, ayudando a la comprensión de los conceptos con ejemplos y analogías de la vida diaria y huyendo de manera deliberada del lenguaje vago y misterioso.

Caligrafía del Maestro Hong Junsheng

Los resultados de su labor son más que notables. Su habilidad personal asombró a quienes fueron testigos de ella (sus estudiantes japoneses le llamaban “El Hombre de la Mano Mágica”) y algunos de los ejemplos de la misma conforman ya historias similares a las proezas que el mismo Hong contaba de su maestro Chen Fake. Pero, sobre todo, Hong Junsheng ha legado un estilo altamente refinado, de movimiento preciso y estricto, fluido y elegante, pero firme y de probada eficacia marcial, que se asienta sobre un cuerpo de teoría completo, detallado y riguroso, que facilita la transmisión y enseñanza. Prueba de ello es el elevado nivel del Taijiquan de numerosos discípulos del Maestro Hong, como Liu Chengde, Li Enjiu, Li Chugong, Jiang Jiajun, Zhang Lianen, Xu Guicheng, He Shugan, MengXianbin, Wang Zhongxian, Chen Zhonghua, Chen Shengyu, Peter Wu Shizheng, Han Baoli… por mencionar tan sólo algunos entre muchos, y de alumnos de estos a su vez, tales como Xue Bin, Huang Kanghui, Li Zhujun, etc...


Hong Junsheng con alumnos chinos y japoneses

Hong Junsheng nació en Yuxian, provincia de Henan, en el seno de una familia mercantil acomodada con algún vínculo con la élite culta (un abuelo suyo había aprobado los exámenes de funcionario imperial). Se trasladó a Beijing con su padre a corta edad y comenzó a recibir la educación destinada al heredero de los negocios familiares, pero era tan enfermizo que a los diecisiete años tuvo que abandonar la escuela. A los veinte años y tras casarse, Hong Junsheng intentó mejorar su salud mediante el ejercicio físico. Este consistía, en principio, en largos paseos a los que luego se añadió la práctica del Taijiquan. Hong inició su aprendizaje bajo la tutela de Liu Musan, un reputado maestro del estilo Wu en el Beijing de la época que vivía en su mismo vecindario. Tras unos meses de estudio, la creciente fama del Maestro Chen Fake, de Chen Jia Gou, que había llegado a Beijing en 1928, llegó a oídos de Hong Junsheng y este utilizó varias conexiones personales para invitar a Chen Fake a realizar una demostración frente a Liu Musan y sus alumnos.


Acostumbrados a una práctica de movimientos lentos, los asistentes a esa demostración esperaban un espectáculo de más de una hora de duración, pero, tras las presentaciones, Chen Fake ejecutó las dos principales formas de mano vacía del estilo Chen en poco más de diez minutos. Además de la velocidad de la ejecución, los movimientos explosivos, saltos y pisotones, especialmente abundantes en Er Lu (la Segunda Forma o Pao Chui, Puño Cañón), contribuyeron al asombro y desconcierto de los espectadores. Para muchos, lo que acaban de contemplar rompía demasiadas “reglas” del Taijiquan. Liu Musan, sin embargo, demostró mayor perspicacia e hizo notar a sus alumnos que Chen Fake nunca dejó de estar relajado, ni de ejecutar movimientos circulares o generar potencia mediante las espirales del Chan Si Jin (Enrollado de Seda). Tras una prueba más en la que la habilidad de Chen Fake en el empuje de manos brilló de manera inequívoca a expensas del propio Liu, este y todos sus algo más de treinta alumnos se convirtieron en discípulos del Maestro Chen. Así comenzó el aprendizaje de Hong Junsheng del estilo Chen de Taijiquan y su larga relación con Chen Fake.

Chen Fake (centro) con Hong Junsheng (2º de pie desde la izquierda)
y otros familiares y discípulos

Hong estudió con Chen Fake de manera continuada durante quince años, desde 1930 hasta 1944. En los primeros tres años, la salud de Hong aún era débil y su práctica personal era relativamente poco intensa, sin saltos, ni movimientos explosivos. Sin embargo, Hong absorbía información a un ritmo extraordinario, gracias, sin duda, a su capacidad, pero también en parte a circunstancias un tanto fortuitas. Sin importarle cuantos alumnos hubiera presentes, Chen Fake enseñaba siempre de manera individual, demostrando varias veces el movimiento a cada estudiante uno a uno. Hong era el único entre sus compañeros de clase que no tenía que ir a trabajar. Como muestra de cortesía, era siempre el último en recibir su lección, de modo que sus “hermanos de gongfu” pudieran acudir a su trabajo tras la clase. De esta manera, si había veinte alumnos y Chen Fake demostraba cinco veces a cada uno, cuando le llegaba su turno, Hong Junsheng había observado el movimiento un centenar de veces o más y había desarrollado un idea clara del mismo y una mayor familiaridad. En consecuencia, su progreso era rápido.

Hong Junsheng (1907-1996)


Al comprobar que Hong se iba fortaleciendo y su salud mejoraba, Chen Fake le animó a intensificar su práctica, trabajando en posiciones más exigentes e incrementando el número de repeticiones de las formas. Al mismo tiempo, Chen Fake aumentó el volumen, profundidad y detalle de la enseñanza impartida y alentaba a Hong Junsheng a practicar de manera profesional y continuar su labor de transmisión del Taijiquan Chen.


La invasión japonesa de China en 1937 cambió la situación por completo. Muchos estudiantes fueron transferidos a puestos en diversas partes del país y el grupo original se dispersó. Hong dejó de entregar los dos yuan mensuales que había pagado al Maestro Chen en los primeros años, pero ello no afectó a su relación. En todo caso, la hizo más intensa y Chen Fake se alojaba en el hogar de Hong Junsheng durante períodos de dos o tres meses. Tras la captura de Beijing por las tropas japonesas, la situación de Hong empeoró de manera dramática y había días en los que no podía proporcionar a su familia alimento alguno. En esos momentos, Hong llevaba a sus seis hijos y su esposa a la casa de su maestro para recibir su ayuda y hospitalidad. Sin embargo, en 1944 Hong Junsheng consideró la situación insostenible y se trasladó a Jinan, en la provincia de Shandong, al sur de Beijing, en busca de una vida mejor.

Hong Junsheng, Xie Xing Ao Bu

A pesar del traslado, Hong y su familia continuaron experimentando condiciones muy duras en Jinan. Tras la llegada de los comunistas al poder, se le consideró políticamente indeseable durante muchos años y como consecuencia se vio reducido a una extrema pobreza. Durante la Revolución Cultural esta discriminación se hizo aún mas intensa si cabe. Sin embargo, Hong Junsheng no abandonó su práctica e investigación del Taijiquan en ningún momento y comenzó a enseñar a algunos pocos discípulos. Tras un tiempo en Jinan practicando y enseñando, a comenzó a plasmar los resultados de su análisis y experiencia en ligeras variaciones de los movimientos. Por supuesto, esos cambios nunca supusieron la más mínima desviación de los principios esenciales del Taijiquan Chen tal como se los había transmitido Chen Fake y como se los revelaba su estudio de los clásicos. Por el contrario, buscaban un mayor énfasis y adhesión explícita a dichos principios.


Diagrama de Dan Bian en el libro de Chen Xin

Entre otros textos, Hong derivó especial inspiración del “Tratado Ilustrado del Taijiquan de la familia Chen” (Chen Shi Taijiquan Tu Shuo) escrito por Chen Xin (1849-1929), maestro de la 16ª generación del estilo Chen y publicado póstumamente en 1933. Este tratado se considera el gran referente teórico y práctico del estilo Chen. Sin embargo, Chen Xin había recibido una educación de erudito (había preparado los exigentes exámenes oficiales para convertirse en funcionario imperial) y su libro es extenso, complejo y escrito en el estilo culto, lo que lo hace en gran medida inaccesible para la gran mayoría de practicantes y estudiosos del estilo Chen. Hong Junsheng, sin embargo, pudo estudiarlo con provecho y encontró ideas que iluminaron su comprensión del Taijiquan y se convirtieron en el núcleo de aspectos muy importantes en su sistema. En el libro de Chen Xin, dichas ideas eran poco más que esbozos, enunciados teóricos y Hong dedicó años de incansable y estricta experimentación práctica a su elaboración y desarrollo hasta poder formularlas e integrarlas en un sistema claro, coherente, completo y práctico. De manera similar, esta combinación, característica de Hong Junsheng, de la cultura tradicional necesaria para una adecuada lectura e interpretación de los clásicos y la actitud moderna de someter dichas interpretaciones a pruebas rigurosas en la práctica, también dio frutos en su estudio del famoso “Tratado del Taijiquan” (Taijiquan Lun) atribuido a Wang Zongyue.


Hong Junsheng, Yang Shou Gong Chui
En 1956 Hong Junsheng pudo volver por un tiempo a Beijing y se reunió de nuevo con su maestro Chen Fake en busca de nueva y más profunda instrucción. Durante cuatro meses de intensas sesiones privadas diarias, Hong sometió a la evaluación y crítica de Chen Fake sus modificaciones. Cada movimiento de sus formas fue examinado en detalle, cada aplicación y contra-aplicación explicadas y puestas en práctica y cada técnica probada. En las propias palabras de Hong Junsheng: “Mi mente se abrió como si se despejara un cielo nublado”. Chen Fake, además manifestó su aprobación a las modificaciones de Hong asegurándole que “no había un solo movimiento vacío en sus formas” y que todo “era correcto”.


Además de los maestros Chen y Hong, en esas sesiones estuvo presente He Shugan, que era alumno de ambos. En 1951, He se había convertido en el primer discípulo de Hong Junsheng. Tras un par de años de aprendizaje con Hong, He fue aceptado para cursar estudios por la Universidad de Beijing y se dispuso a trasladarse a la capital. Hong accedió de buena gana a su petición de una carta formal de presentación para su antiguo maestro, Chen Fake, de modo que He Shugan pudiera continuar estudiando Taijiquan. Con el tiempo, He Shugan haría públicos sus recuerdos de aquellas sesiones y, en particular, como cada vez que Hong preguntaba a Chen Fake si podía ejecutar algún movimiento o técnica de determinada manera la respuesta del Maestro Chen era siempre “¡Afirmativo!”.



Hong Junsheng, Yi Lu, Chen Taijiquan

Reafirmado en sus esfuerzos y con una comprensión del Taijiquan aún mayor y más profunda, Hong Junsheng hubo de despedirse de Chen Fake de nuevo para regresar a Jinan. Para su sorpresa y dolor, Chen Fake fallecería al año siguiente, 1957. Hong se dedicó entonces a la difusión del Taijiquan de manera más intensa y estableció su propia escuela por la que eventualmente pasarían miles de alumnos y de la que saldrían tantos maestros y practicantes destacados. Hacia 1961, Hong comenzó a plasmar sus ideas por escrito, labor a la que dedicaría los siguientes 27 años.


Hong Junsheng, Er Lu, Chen Taijiquan

Sin embargo, en lo personal, la fortuna de Hong Junsheng no había experimentado grandes mejoras. En los turbulentos tiempos del Gran Salto Adelante, la subsiguiente Gran Hambruna y la Revolución Cultural, la condición de “intocable” político de Hong contribuyó a reducirle a una extrema pobreza, llegando a sufrir desnutrición y problemas de salud a consecuencia de ello. A pesar de todo, Hong continuó dedicado plenamente al Taijiquan, practicando, enseñando y trabajando en su libro día tras día.


Poco a poco, la fama de su extraordinaria habilidad y de su capacidad como maestro se fue extendiendo fuera de Jinan y comenzaron, al fin, algunos cambios positivos en la vida de Hong Junsheng. Tras la tímida apertura de China al exterior, alumnos de Japón vinieron a aprender con Hong y las autoridades se vieron obligadas a proporcionarle una habitación en un hotel de Jinan donde enseñarles. Cuando un soldado del Ejercito Rojo, Xiao Mingkui, se convirtió en su alumno en 1973, las autoridades se encontraron en una posición en la que tuvieron que encontrar un apartamento para el Maestro Hong. Xiao contribuyó, además, a traer más estudiantes y a que, de este modo, el reconocimiento del Maestro Hong como un gran instructor iniciara una expansión que ya no cesaría. Con el final de la Revolución Cultural en 1976 renació el interés y el aprecio por las artes marciales tradicionales chinas, incluyendo el Taijiquan Chen. Los alumnos de Hong Junsheng comenzaron a participar y destacar en torneos nacionales, el nombre del Maestro Hong comenzó a ser conocido y los estudiantes comenzaron a llegar desde todos los rincones de China. Con el tiempo, Hong recibiría alumnos de Japón, Estados Unidos y países del Sudeste asiático y, gracias a la labor de sus discípulos, su estilo de Taijiquan Chen se expandiría aún más por todo el mundo con núcleos activos de practicantes en lugares como, entre otros, Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Italia, Alemania, Israel y, por supuesto, España.


Hong Junsheng con alumnos, Pi Shen Chui


Es notable el elevado número de alumnos que ya eran artistas marciales de alto nivel cuado pidieron al maestro Hong que les aceptara como discípulos. El antes mencionado Xiao Mingkui, tenía 36 años, llevaba estudiando artes marciales desde los 4 y era experto en un sistema de palo corto (Niulang Bian) propio de su familia y en Boxeo de Mantis Religiosa (Tanglanquan). Como Xiao,  Xu Guicheng, Li Enjiu, Peter Wu o Chen Shengyu, por mencionar solo algunos, eran reputados artistas marciales con décadas de práctica, victorias en competiciones e incluso alumnos propios cuando solicitaron ser aceptados como alumnos por el Maestro Hong. En esta capacidad para atraer a expertos en busca de su enseñanza, Hong Junsheng recordaba a su maestro Chen Fake, muchos de cuyos discípulos también eran ya artistas marciales de prestigio cuando decidieron estudiar con él.


También como en el caso de caso de Chen Fake, era destacable la actitud siempre abierta y respetuosa, del Maestro Hong hacia otras artes marciales. Por ejemplo, tras ser introducido por Xiao Mingkui al sistema de palo corto de su familia, Hong alentaba a sus alumnos a estudiarlo. El Maestro Hong solía decir que había que buscar conocimiento constantemente y en todas partes y predicaba con el ejemplo, animando a sus estudiantes a visitar otras escuelas y manteniendo él mismo intercambios y excelentes relaciones con otros maestros de artes marciales de muy diversos estilos. Este talante y su gran habilidad le granjearon el respeto y reconocimiento de todos ellos.


Hong Junsheng practicando Empuje de Manos con
Chen Yuxia, la hija de su maestro, Chen Fake

Al final de su vida Hong Junsheng fue honrado con, entre otros, los títulos de presidente de la Asociación Municipal de Artes Marciales de Jinan, Asesor Superior de la Academia de Artes Marciales de Jinan, Asesor de la Asociación de Artes Marciales de la Universidad de Shandong y asesor de la Asociación de Taijiquan Chen de Beijing. En 1988 se publicó al fin su libro “Método Práctico del Taijiquan Estilo Chen” que gozó desde su aparición de reconocimiento y alabanza generales entre los entendidos. Hong, sin embargo, continuó siendo la misma persona modesta y humilde. Famosos maestros de Taijiquan acudían a Jinan a consultarle y los estudiantes más prometedores y brillantes buscaban su instrucción, pero Hong siguió viviendo sencillamente en su pequeño apartamento en Jinan y su dedicación al Taijiquan se mantuvo inalterada. Día tras día, continuaba levantándose muy temprano y enseñando y practicando Taijiquan de la mañana a la noche, sin permitir que nada le apartara de su misión de difundir el legado de Chen Fake. En toda su vida asistió a una sola reunión de maestros de Taijiquan (en Shanghai, en 1982) y jamás poseyó (o vistió) un uniforme de Taijiquan de seda.

Hong Junsheng, Liu Feng Si Bi

Incluso en estos últimos años, Hong Junsheng aún hubo de superar dificultades. A finales de los 80, un ataque le dejó paralizada la parte inferior del cuerpo. A los 84 años, Hong no dejó que tampoco eso le alejara de su amado Taijiquan y, tras unos meses de duro trabajo, fue capaz de practicar de nuevo. Su pasión por el Taijiquan le acompañó hasta sus últimos días. Los asistentes a la celebración de su 90 cumpleaños (esa era su edad de acuerdo al método chino de computarla), recuerdan que la primera petición de un Maestro Hong, ya muy débil y confinado a una silla de ruedas, fue practicar empuje de manos con sus discípulos.

Hong Junsheng (1907-1996)

No mucho después, el Maestro Hong fallecía. Prácticamente, no dejó tras de sí bienes materiales, pero si una excepcional herencia de Taijiquan y una enorme reputación de suprema habilidad y elevadas cualidades humanas.