En una entrada anterior hablábamos de la importancia de esa pregunta en un arte que valora su tradición y comenzamos a examinar esta cuestión con una breve biografía del gran Maestro Chen Fake. Hoy continuamos en esa tarea repasando la aportación de uno de sus principales discípulos: el Maestro Hong Junsheng. De especial importancia para Tai Chi Chuan Torrelodones, ya que practicamos su variante del Estilo Chen, el "Método Práctico", difundida en España sobre todo por su alumno, el maestro Chen Shengyu, y en Torrelodones por el alumno de éste, Diego Cáceres. Hong Junsheng es una figura original, fundamental y menos conocida de lo que merece.
Hong Junsheng
(洪 均生, 1907-1996)
Hong Junsheng era inteligente, instruido, gozaba de una
amplia cultura (practicaba la caligrafía y la poesía) y de una memoria
excepcional. Estas cualidades le fueron de especial utilidad en su estudio de los
textos clásicos del Taijiquan, con frecuencia escritos en un lenguaje abstruso.
De este modo, Hong Junsheng aunó su profunda comprensión de los clásicos, la
privilegiada enseñanza recibida de Chen Fake y las experiencias derivadas de su
propia práctica y enseñanza en una permanente y estricta investigación de las
complejidades y sutilezas del Taijiquan Chen a la que se entregó durante toda
su vida. En esta tarea, Hong Junsheng se benefició también de su personal combinación
de un sólido sustrato de cultura y educación tradicionales chinas con una
mentalidad y enfoque modernos. Siempre puso especial énfasis en someter teorías
y especulaciones a pruebas rigurosas en la práctica y siempre buscó expresarse en
términos de leyes físicas, ayudando a la comprensión de los conceptos con
ejemplos y analogías de la vida diaria y huyendo de manera deliberada del
lenguaje vago y misterioso.
Hong Junsheng nació en Yuxian, provincia de Henan, en el
seno de una familia mercantil acomodada con algún vínculo con la élite culta
(un abuelo suyo había aprobado los exámenes de funcionario imperial). Se
trasladó a Beijing con su padre a corta edad y comenzó a recibir la educación
destinada al heredero de los negocios familiares, pero era tan enfermizo que a
los diecisiete años tuvo que abandonar la escuela. A los veinte años y tras
casarse, Hong Junsheng intentó mejorar su salud mediante el ejercicio físico.
Este consistía, en principio, en largos paseos a los que luego se añadió la
práctica del Taijiquan. Hong inició su aprendizaje bajo la tutela de Liu Musan,
un reputado maestro del estilo Wu en el Beijing de la época que vivía en su
mismo vecindario. Tras unos meses de estudio, la creciente fama del Maestro
Chen Fake, de Chen Jia Gou, que había llegado a Beijing en 1928, llegó a oídos
de Hong Junsheng y este utilizó varias conexiones personales para invitar a
Chen Fake a realizar una demostración frente a Liu Musan y sus alumnos.
Acostumbrados a una práctica de movimientos lentos, los
asistentes a esa demostración esperaban un espectáculo de más de una hora de
duración, pero, tras las presentaciones, Chen Fake ejecutó las dos principales formas de
mano vacía del estilo Chen en poco más de diez minutos. Además de
la velocidad de la ejecución, los movimientos explosivos, saltos y pisotones,
especialmente abundantes en Er Lu (la Segunda Forma o Pao Chui, Puño Cañón),
contribuyeron al asombro y desconcierto de los espectadores. Para muchos, lo
que acaban de contemplar rompía demasiadas “reglas” del Taijiquan. Liu Musan,
sin embargo, demostró mayor perspicacia e hizo notar a sus alumnos que Chen Fake nunca dejó de
estar relajado, ni de ejecutar movimientos circulares o generar potencia
mediante las espirales del Chan Si Jin (Enrollado de Seda). Tras una prueba más
en la que la habilidad de Chen Fake en el empuje de manos brilló de manera
inequívoca a expensas del propio Liu, este y todos sus algo más de treinta
alumnos se convirtieron en discípulos del Maestro Chen. Así comenzó el
aprendizaje de Hong Junsheng del estilo Chen de Taijiquan y su larga relación
con Chen Fake.
Hong estudió con Chen Fake de manera continuada durante
quince años, desde 1930 hasta 1944. En los primeros tres años, la salud de Hong
aún era débil y su práctica personal era relativamente poco intensa, sin
saltos, ni movimientos explosivos. Sin embargo, Hong absorbía información a un
ritmo extraordinario, gracias, sin duda, a su capacidad, pero también en parte
a circunstancias un tanto fortuitas. Sin importarle cuantos alumnos hubiera
presentes, Chen Fake enseñaba siempre de manera individual, demostrando varias
veces el movimiento a cada estudiante uno a uno. Hong era el único entre sus
compañeros de clase que no tenía que ir a trabajar. Como muestra de cortesía, era
siempre el último en recibir su lección, de modo que sus “hermanos de gongfu” pudieran acudir a su trabajo
tras la clase. De esta manera, si había veinte alumnos y Chen Fake demostraba
cinco veces a cada uno, cuando le llegaba su turno, Hong Junsheng había observado
el movimiento un centenar de veces o más y había desarrollado un idea clara del
mismo y una mayor familiaridad. En consecuencia, su progreso era rápido.
Hong Junsheng (1907-1996) |
Al comprobar que Hong se iba fortaleciendo y su salud mejoraba, Chen Fake le animó a intensificar su práctica, trabajando en posiciones más exigentes e incrementando el número de repeticiones de las formas. Al mismo tiempo, Chen Fake aumentó el volumen, profundidad y detalle de la enseñanza impartida y alentaba a Hong Junsheng a practicar de manera profesional y continuar su labor de transmisión del Taijiquan Chen.
La invasión japonesa de China en 1937 cambió la situación
por completo. Muchos estudiantes fueron transferidos a puestos en diversas
partes del país y el grupo original se dispersó. Hong dejó de entregar los dos yuan mensuales que había pagado al Maestro
Chen en los primeros años, pero ello no afectó a su relación. En todo caso, la
hizo más intensa y Chen Fake se alojaba en el hogar de Hong Junsheng durante
períodos de dos o tres meses. Tras la captura de Beijing por las tropas
japonesas, la situación de Hong empeoró de manera dramática y había días en los
que no podía proporcionar a su familia alimento alguno. En esos momentos, Hong
llevaba a sus seis hijos y su esposa a la casa de su maestro para recibir su
ayuda y hospitalidad. Sin embargo, en 1944 Hong Junsheng consideró la situación
insostenible y se trasladó a Jinan, en la provincia de Shandong, al sur de
Beijing, en busca de una vida mejor.
A pesar del traslado, Hong y su familia continuaron experimentando
condiciones muy duras en Jinan. Tras la llegada de los comunistas al poder, se
le consideró políticamente indeseable durante muchos años y como consecuencia
se vio reducido a una extrema pobreza. Durante la Revolución Cultural
esta discriminación se hizo aún mas intensa si cabe. Sin embargo, Hong Junsheng
no abandonó su práctica e investigación del Taijiquan en ningún momento y comenzó
a enseñar a algunos pocos discípulos. Tras un tiempo en Jinan practicando y
enseñando, a comenzó a plasmar los resultados de su análisis y experiencia en
ligeras variaciones de los movimientos. Por supuesto, esos cambios nunca supusieron
la más mínima desviación de los principios esenciales del Taijiquan Chen tal
como se los había transmitido Chen Fake y como se los revelaba su estudio de
los clásicos. Por el contrario, buscaban un mayor énfasis y adhesión explícita a
dichos principios.
Entre otros textos, Hong derivó especial inspiración del “Tratado Ilustrado del Taijiquan de la
familia Chen” (Chen Shi Taijiquan Tu
Shuo) escrito por Chen Xin (1849-1929), maestro de la 16ª generación del
estilo Chen y publicado póstumamente en 1933. Este tratado se considera el gran
referente teórico y práctico del estilo Chen. Sin embargo, Chen Xin había
recibido una educación de erudito (había preparado los exigentes exámenes
oficiales para convertirse en funcionario imperial) y su libro es extenso,
complejo y escrito en el estilo culto, lo que lo hace en gran medida
inaccesible para la gran mayoría de practicantes y estudiosos del estilo Chen.
Hong Junsheng, sin embargo, pudo estudiarlo con provecho y encontró ideas que
iluminaron su comprensión del Taijiquan y se convirtieron en el núcleo de
aspectos muy importantes en su sistema. En el libro de Chen Xin, dichas ideas
eran poco más que esbozos, enunciados teóricos y Hong dedicó años de incansable
y estricta experimentación práctica a su elaboración y desarrollo hasta poder
formularlas e integrarlas en un sistema claro, coherente, completo y práctico. De
manera similar, esta combinación, característica de Hong Junsheng, de la
cultura tradicional necesaria para una adecuada lectura e interpretación de los
clásicos y la actitud moderna de someter dichas interpretaciones a pruebas
rigurosas en la práctica, también dio frutos en su estudio del famoso “Tratado del Taijiquan” (Taijiquan Lun) atribuido a Wang Zongyue.
Hong Junsheng, Yang Shou Gong Chui |
Además de los maestros Chen y Hong, en esas sesiones estuvo
presente He Shugan, que era alumno de ambos. En 1951, He se había convertido en
el primer discípulo de Hong Junsheng. Tras un par de años de aprendizaje con
Hong, He fue aceptado para cursar estudios por la Universidad de Beijing
y se dispuso a trasladarse a la capital. Hong accedió de buena gana a su
petición de una carta formal de presentación para su antiguo maestro, Chen
Fake, de modo que He Shugan pudiera continuar estudiando Taijiquan. Con el
tiempo, He Shugan haría públicos sus recuerdos de aquellas sesiones y, en
particular, como cada vez que Hong preguntaba a Chen Fake si podía ejecutar
algún movimiento o técnica de determinada manera la respuesta del Maestro Chen
era siempre “¡Afirmativo!”.
Hong Junsheng, Yi Lu, Chen Taijiquan
Reafirmado en sus esfuerzos y con una comprensión del Taijiquan
aún mayor y más profunda, Hong Junsheng hubo de despedirse de Chen Fake de
nuevo para regresar a Jinan. Para su sorpresa y dolor, Chen Fake fallecería al
año siguiente, 1957. Hong se dedicó entonces a la difusión del Taijiquan de
manera más intensa y estableció su propia escuela por la que eventualmente
pasarían miles de alumnos y de la que saldrían tantos maestros y practicantes
destacados. Hacia 1961, Hong comenzó a plasmar sus ideas por escrito, labor a
la que dedicaría los siguientes 27 años.
Hong Junsheng, Er Lu, Chen Taijiquan
Sin embargo, en lo personal, la fortuna de Hong Junsheng no había
experimentado grandes mejoras. En los turbulentos tiempos del Gran Salto
Adelante, la subsiguiente Gran Hambruna y la Revolución Cultural,
la condición de “intocable” político de Hong contribuyó a reducirle a una
extrema pobreza, llegando a sufrir desnutrición y problemas de salud a
consecuencia de ello. A pesar de todo, Hong continuó dedicado plenamente al
Taijiquan, practicando, enseñando y trabajando en su libro día tras día.
Poco a poco, la fama de su extraordinaria habilidad y de su
capacidad como maestro se fue extendiendo fuera de Jinan y comenzaron, al fin,
algunos cambios positivos en la vida de Hong Junsheng. Tras la tímida apertura
de China al exterior, alumnos de Japón vinieron a aprender con Hong y las
autoridades se vieron obligadas a proporcionarle una habitación en un hotel de
Jinan donde enseñarles. Cuando un soldado del Ejercito Rojo, Xiao Mingkui, se
convirtió en su alumno en 1973, las autoridades se encontraron en una posición
en la que tuvieron que encontrar un apartamento para el Maestro Hong. Xiao contribuyó,
además, a traer más estudiantes y a que, de este modo, el reconocimiento del
Maestro Hong como un gran instructor iniciara una expansión que ya no cesaría. Con
el final de la Revolución Cultural
en 1976 renació el interés y el aprecio por las artes marciales tradicionales
chinas, incluyendo el Taijiquan Chen. Los alumnos de Hong Junsheng comenzaron a
participar y destacar en torneos nacionales, el nombre del Maestro Hong comenzó
a ser conocido y los estudiantes comenzaron a llegar desde todos los rincones
de China. Con el tiempo, Hong recibiría alumnos de Japón, Estados Unidos y
países del Sudeste asiático y, gracias a la labor de sus discípulos, su estilo de
Taijiquan Chen se expandiría aún más por todo el mundo con núcleos activos de
practicantes en lugares como, entre otros, Australia, Canadá, Estados Unidos,
Japón, Italia, Alemania, Israel y, por supuesto, España.
Es notable el elevado número de alumnos que ya eran artistas
marciales de alto nivel cuado pidieron al maestro Hong que les aceptara como
discípulos. El antes mencionado Xiao Mingkui, tenía 36 años, llevaba estudiando
artes marciales desde los 4 y era experto en un sistema de palo corto (Niulang Bian)
propio de su familia y en Boxeo de Mantis Religiosa (Tanglanquan). Como Xiao, Xu Guicheng, Li Enjiu, Peter Wu o Chen Shengyu, por
mencionar solo algunos, eran reputados artistas marciales con décadas de
práctica, victorias en competiciones e incluso alumnos propios cuando
solicitaron ser aceptados como alumnos por el Maestro Hong. En esta capacidad
para atraer a expertos en busca de su enseñanza, Hong Junsheng recordaba a su
maestro Chen Fake, muchos de cuyos discípulos también eran ya artistas
marciales de prestigio cuando decidieron estudiar con él.
También como en el caso de caso de Chen Fake, era destacable
la actitud siempre abierta y respetuosa, del Maestro Hong hacia otras artes
marciales. Por ejemplo, tras ser introducido por Xiao Mingkui al sistema de
palo corto de su familia, Hong alentaba a sus alumnos a estudiarlo. El Maestro
Hong solía decir que había que buscar conocimiento constantemente y en todas
partes y predicaba con el ejemplo, animando a sus estudiantes a visitar otras
escuelas y manteniendo él mismo intercambios y excelentes relaciones con otros
maestros de artes marciales de muy diversos estilos. Este talante y su gran
habilidad le granjearon el respeto y reconocimiento de todos ellos.
Hong Junsheng practicando Empuje de Manos con Chen Yuxia, la hija de su maestro, Chen Fake |
Al final de su vida Hong Junsheng fue honrado con, entre
otros, los títulos de presidente de la Asociación Municipal
de Artes Marciales de Jinan, Asesor Superior de la Academia de Artes
Marciales de Jinan, Asesor de la
Asociación de Artes Marciales de la Universidad de
Shandong y asesor de la Asociación
de Taijiquan Chen de Beijing. En 1988 se publicó al fin su libro “Método Práctico del Taijiquan Estilo Chen”
que gozó desde su aparición de reconocimiento y alabanza generales entre los
entendidos. Hong, sin embargo, continuó siendo la misma persona modesta y
humilde. Famosos maestros de Taijiquan acudían a Jinan a consultarle y los
estudiantes más prometedores y brillantes buscaban su instrucción, pero Hong siguió
viviendo sencillamente en su pequeño apartamento en Jinan y su dedicación al
Taijiquan se mantuvo inalterada. Día tras día, continuaba levantándose muy
temprano y enseñando y practicando Taijiquan de la mañana a la noche, sin
permitir que nada le apartara de su misión de difundir el legado de Chen Fake.
En toda su vida asistió a una sola reunión de maestros de Taijiquan (en
Shanghai, en 1982) y jamás poseyó (o vistió) un uniforme de Taijiquan de seda.
Incluso en estos últimos años, Hong Junsheng aún hubo de
superar dificultades. A finales de los 80, un ataque le dejó paralizada la
parte inferior del cuerpo. A los 84 años, Hong no dejó que tampoco eso le
alejara de su amado Taijiquan y, tras unos meses de duro trabajo, fue capaz de
practicar de nuevo. Su pasión por el Taijiquan le acompañó hasta sus últimos
días. Los asistentes a la celebración de su 90 cumpleaños (esa era su edad de
acuerdo al método chino de computarla), recuerdan que la primera petición de un
Maestro Hong, ya muy débil y confinado a una silla de ruedas, fue practicar
empuje de manos con sus discípulos.
No mucho después, el Maestro Hong fallecía. Prácticamente, no
dejó tras de sí bienes materiales, pero si una excepcional herencia de
Taijiquan y una enorme reputación de suprema habilidad y elevadas cualidades
humanas.
Autor: Pedro Antonio Rincón Cinca
© 2020 Pedro Antonio Rincón Cinca